Podría decir que he comenzado a escribir algo sin tener la más mínima gota de conexión con la realidad, y quizás sería tratado como un loco cualquiera o como el creador de una gran mentira. Podría comenzar hablando de mil cosas, de las cuales quizás no entiendo más de eso que ya hemos hablado varias veces, de esas cosas que son tan vagas, tan poco sólidas, pero que simplemente las son. Podría, de verdad podría comenzar de estas formas, pero creo que no lograría encontrar lo que realmente estoy buscando: que se entienda un mensaje que anoche me regaló sonrisas tan hermosas como la persona que poco a poco voy conociendo. Aprendí un concepto que visto más allá de toda neblina, es tan claro a mis ojos. No sabría ordenar mis ideas, aún, supongo. No sabría definir, ni los posibles impulsos ni, tampoco, tanta cosa que ya sabemos, pero hay algo que sí está claro, que ya lo entiendo y que no se puede cambiar: me alegras y no hay nada más que decir, me regalas sonrisas de esas que te llevan como tontito a ratos. Me agrada saber que existes, que se puede contar contigo y que día a día hay algo nuevo que compartir.