Es sentirse mudo al sonido, inmóvil ante tanto transito prepotente. Es cantar en voz de silencios no adecuados. Es recibir la mezcla de la marea que pasa una y otra vez sobre todo lo que has trabajado. Es encontrar frases que marcaron hitos, ver momentos que han quedado ahí, en el mejor de los recuerdos, pese a todo a lo vivido. Es reforzar sentimientos, refiriéndome claramente a todo eso que ha sabido avanzar junto a mi vida. Es recordar. Revivir. Resentir. Es avanzar sin sentirlo. Es apoyarse entre altos y bajos, que tanto por su lado como por ese que no se nombra, han de seguir haciendo su trabajo. Es abrirlo y ver que todo está ahí, apilado en desorden, llamándote desesperadamente, intentando crear una explosión. No exagero. La fuerza se acumula en lugares estratégicos. La fuerza se siente, para bien o para mal. Supongo que hoy, soy solo yo y mi caja de bombones.