jueves, febrero 28, 2008

tranqui.

Quiero escribir porque quiero soltar una gran cantidad de pensamientos que fluyen por mi cabeza. Quiero escribir, ya que quiero desahogar vivencias y reflexiones que me han ayudado a formar un carácter distinto, una forma de ver las cosas que me está caracterizando en estos días. Quiero escribir ya que he logrado entender rumbos que he tomado y decisiones que han marcado futuros cambios.

Adoptar una postura puede, sin duda alguna, lograr cambiar lo que vendrá: mi vida se ha afectado por altos y bajos en estos meses; quizás, y en orden cronológico, sería bajos y altos.

Recordar mi pasado, en función de mi posición en lo netamente relacionado al estudio, me hace entender que, siendo fiel a mi sistema de filosofía, existen nuevas y mejores oportunidades que han ido apareciendo ordenadamente a lo largo de los meses. Tras el paso por el fracaso, mi universo personal tornó a moverse en son de equilibrio: búsqueda inconciente por la tranquilidad. Paralelo a lo mencionado, debo decir que emocionalmente no era de fiar; no alcanzaba a dominar las penas que ya son solo recuerdos; y quizás, mejor dicho, absolutamente, fue parte del proceso en descenso que tuve.

Hoy día el cuento es distinto, de una forma hermosa, diría yo. Hoy los sentimientos que reinan mi persona son de carácter positivo, y no tan solo porque entienda yo que son cosas buenas, sino también porque abarcan un ideal tan poderoso, que da pie a tanto reflexionar, de aquel que te deja alegre emocionalmente.

Estos últimos días he intentado ordenar las cosas que han sucedido y he logrado encontrarme con hermosas situaciones: por un lado esta mi familia, y aprovechándome de lo que mi madre me decía anoche, debo ser sincero y objetivo al decir que estamos en un gran momento, por mil y una razón distinta que hemos logrado trabajar y perfeccionar. A su vez se encuentra mi visión de futuro laboral, por llamarle de alguna forma, en la cual me emociona decir que tengo en mi una segunda y valiosa gran oportunidad que quiero con todo mi ser desarrollar al máximo. Emocionalmente me siento poderoso, enfocado y sincero con mi alrededor y mi propio ser. Siento que la magia reina y que he de seguir creyendo cada día más en ella.

Hoy la vida me ha de recordar que estoy vivo. Hoy Dios me hace recordar mis mejores frases, mis mejores discursos, mis mayores logros, y me hace entender que la vida sigue y que tengo la oportunidad de continuar mi camino. Hoy no podría sentirme solo, tengo tantas cosas que me alegran día a día, tantas ganas por explotar todo eso que siento que brilla, y una fuerza inmensa por querer conseguirlo.