lunes, junio 04, 2007

Cuatro de junio


La vida me ha dado a escuchar bastante ya. He escuchado tanto que a veces, siendo sincero, he de creer que es suficiente. Lo digo en general, sin entrar a criticar ningún tipo de detalle, bueno, por el momento. La vida me ha dado oportunidades, eso está claro: más allá de todo eso que se refiera al crecimiento humano y la parafernalia existente, me refiero simplemente (que irónico tratarlo de simple) al crecimiento del alma. Es verdad, entiendo si no concuerdan conmigo o si creen que mis palabras no arman lógica aparente. Es verdad, he leído bastante sobre Aristóteles, Platón y uno que otro pela gato más que, hoy por hoy, más allá de recordar su nombre, recuerdo su enseñanza. ¿Algo así es la vida, cierto? Bueno, me refería al crecimiento del alma, al mucho que he escuchado y una que otra idea loca que volaba en mi cabeza justo cuando escribía estas líneas.

Las fechas también tienen lo suyo, y más allá de comenzar a leer esto como un párrafo apartado del anterior, tratemos de unir visiones, concordar un mundo y leer siendo uno: fechas como hoy tienen peso, fuerza y trayectoria. Fechas como hoy, Cuatro de Junio, tienen respeto, historia y uno que otro repunte de magia, que a más de alguno ha afectado.

Supongamos que el destino existe. Supongamos que hay cosas que la vida lleva como esencia. Digamos ahora que, más allá de todo supuesto lógico, hay eventuales momentos marcados por lo incierto, por lo divino, por lo mágico. Expresemos que existen momentos y momentos: que la forma de recibirlos tendrá una forma única de representarse según un millar de distintas variables existentes. Digamos que la vida es una y que el poder de vivirla crea situaciones que pueden lograr cambiar el TODO. Digamos que hoy es uno de esos instantes, que más allá de ser un lunes sin mucho frío en el ambiente, es un Cuatro de Junio. Hoy, se cumplen fechas, se recuerdan expresiones y se festejan victorias. Hoy la vida nos recuerda que estamos vivos.